lunes, 25 de abril de 2011

Identifican la zona del cerebro que controla la vergüenza

verguenzaInvestigadores de la Universidad de California (Estados Unidos) han conseguido identificar la parte del cerebro que se pone en acción cuando sentimos vergüenza. Se trata de la corteza cingulada pregenual anterior, según han hecho público los autores en la reunión anual de la Academia Americana de Neurología que se celebra en Hawaii.

En un experimento se pidió a 79 pacientes afectados por enfermedades neurodegenerativas que cantaran la canción My girl(1964), del grupo Temptations, mientras se medían sus signos vitales y se les grababa en vídeo. Después hicieron que los sujetos se vieran a sí mismos actuando sin la música de fondo.

“En las personas sanas, verse a sí mismas cantando genera una fuerte reacción de vergüenza”, explica Virginia Sturm, coautora del estudio. Según Sturm, en estos casos la presión sanguínea sube, aumenta el ritmo del latido cardiaco  y se altera la respiración. Sin embargo, las personas que tienen daños neurológicos en la corteza frontal responden con cierta indiferencia. De hecho, los investigadores comprobaron que a mayor deterioro del tejido de esta zona del cerebro, menor era la vergüenza que las personas sentían al escuchar su canción.

Conocer qué parte del cerebro es responsable de la capacidad de sentir vergüenza podría ayudar a diagnosticar precozmente las enfermedades neurodegenerativas, así como a desarrollar nuevos tratamientos.

Elena Sanz
18/04/2011

domingo, 17 de abril de 2011

ESQUIZOFRENIA, SINTOMAS Y EVOLUCIÓN

Otra enfermedad que desgraciadamente en la sociedad actual en la que vivimos también se oye mucho hablar de ella, y pocos somos los que realmente sabemos a grandes rasgos de su comienzo y evolución es la ESQUIZOFRENIA, voy a intentar hacer un estudio sobre esta enfermedad, espero sea del agrado y satisfacción de todos. Comenzamos:



De la esquizofrenia se ha escrito y hablado mucho, pero la realidad es que en el fondo es la gran desconocida, o mejor dicho, lo son quienes la padecen. Podríamos dar muchas reseñas bibliográficas, pero con este articulo pretendo un acercamiento y visión global a esta enfermedad, por lo que tampoco me quiero extender demasiado en cuestiones técnicas que podemos encontrar en cualquier manual de psicopatología. 
Las personas que tienen una enfermedad mental tienen afectado su tono afectivo, su conducta y la manera en que se comunican con otras personas. Estamos más preparados para aceptar y comprender el caso de las enfermedades físicas. Otros elementos que tienden a confundir son que estos trastornos no tienen una causa o causas conocidas o fáciles de reconocer, varían de una persona a otra y su tratamiento también es confuso.
La salud mental y la enfermedad mental depende de nuestro estilo de vida, de la calidad de las relaciones afectivas que tenemos, de nuestra capacidad de amar y aceptar a los demás, de dar confianza y apoyo, y recibirlos, de nuestra tolerancia.
Este conjunto de valores, actitudes y habilidades pueden admitir una variedad de definiciones, no existen parámetros absolutos y cada cultura y cada grupo humano y cada familia e individuo elabora los suyos.
Se podría considerar psíquicamente normal todo aquel que se comporte y actúe como la mayoría de las personas de su entorno, si alguien no se comporta como la mayoría de las personas se dice que es enfermo. Desde la perspectiva médica un desorden mental sería aquel comportamiento desadaptado que no llaga a ningún resultado concreto, que se aparta de la realidad. Desde el punto de vista social un enfermo mental no se ajustaría a su entorno.
Él término de esquizofrenia fue introducido por el psiquiatra suizo Bleuler en 1911. pero este trastorno ya fue identificado por el psiquiatra alemán kraepelin en 1896 bajo el nombre de "demencia precoz", queriendo significar que las personas afectadas, necesariamente sufren graves deterioros cognitivos y comportamentales, similar es a las demencias experimentadas por algunas personas ancianas, pero en este caso se daría en una edad juvenil. 
Sin embargo Bleuler observó que no era así en todos los casos y consideró más apropiado dar el nombre de esquizofrenia como una escisión en la asociación de ideas o como una retirada de la realidad y la vida social. El término de esquizofrenia en sí significa " mente partida ".
La edad de aparición está comprendida entre los 15 y los 45 años, aunque suelen comenzar al final de la adolescencia, también hay casos de aparición en la infancia, que suelen enmascararse con problemas escolares o mal comportamiento.
Quien sufre de esquizofrenia experimente una distorsión de los pensamientos y sentimientos. Lo que caracteriza a la esquizofrenia es que afecta a la persona de una forma total, por lo que quien la padece comienza a sentir, pensar y hablar de forma diferente a como lo hacia antes. Dicha persona puede empezar a estar extraña más aislada, puede evitar salir con amigos, duerme poco o demasiado, hable solo o se ría sin motivo aparente (aunque estos síntomas no tienen porque aparecer en todos los pacientes.) 
Es muy importante no olvidar que la persona que tiene una esquizofrenia no puede explicar lo que le está sucediendo, tiene miedo de hacerlo o de creer que está enfermo y por lo tanto no pedirá ayuda ni se quejará en la mayoría de los casos de lo que le sucede. Por todo esto la mayor parte de ellos y sobre todo al comienzo de la enfermedad no aceptan tomar medicación ni acudir al especialista. 
Se llaman síntomas a aquellas manifestaciones del sujeto que anuncian una anomalía o enfermedad. Serían síntomas los dolores, las inflamaciones, los cambios de ritmos biológicos. El problema de la esquizofrenia es que la mayoría de los síntomas son subjetivos, dependen de lo que el paciente refiera. hay dos tipos de síntomas en la esquizofrenia:
Síntomas positivos: son aquellas manifestaciones que el paciente hace o experimenta y que las personas sanas no suelen presentar.
Síntomas negativos: son aquellas cosas que el paciente deja de hacer y que los individuos sanos pueden realizar cotidianamente, como pensar con fluidez y con lógica, experimentar sentimientos hacia otras personas, tener voluntad para levantarse cada día.
Síntomas positivos: el esquema de los síntomas positivos es el siguiente: pueden estar en otros trastornos. 


Síntomas positivos mentales: ( psicóticos)

Alucinaciones: son engaños de los sentidos, percepciones interiores que se producen sin un estimulo externo. No está en condiciones de reconocer que lo percibido surge únicamente de sus vivencias interiores y no está presenta en el mundo externo. , Pueden ser de tipo auditivas, táctiles, visuales, gustativas y olfativas.
Delirio: se trata de una convicción errónea de origen patológico que se manifiesta a pesar de razones contrarias y sensatas. El alcance con la realidad está restringido. El paciente ve el delirio como la única realidad válida. Aunque los propios pensamientos son contrarios a las leyes de la lógica, el enfermo es inaccesible a esta objeción. Cuando se advierte de este estado, a veces no hay que pensar el inicio de un tratamiento o la hospitalización, ya que la desesperanza que puede llegar a producir en el paciente hace que haya intentos de suicidio. tipos: persecución, de culpa, de grandeza, religioso, somático, de referencia...
Trastornos del pensamiento: la manera de hablar suele darnos indicios significativos sobre el pensamiento trastornado. Relatan a menudo que han perdido control sobre sus pensamientos, que estos le han sido sustraídos, impuestos o que son dirigido por extraños poderes o fuerzas relacionados con el lenguaje tenemos: descarrilamiento, tangencialidad, ilogicalidad, presión del habla, distraibilidad...
en las crisis psicóticas, estos síntomas anteriores descritos pueden ir acompañados de:
Síntomas positivos en el ámbito de sentimientos: angustia, excitabilidad
Síntomas positivos vegetativos: insomnio, palpitaciones, sudores, mareos, trastornos gastrointestinales, trastornos respiratorios
Síntomas positivos de la motricidad: comportamiento, agresivo y/o agitado, inquietud corporal, movimientos extraños y absurdos, conducta repetitiva.
 

Síntomas negativos:

En la esquizofrenia también hay otra serie de síntomas, menos alarmantes pero que se suelen confundir como signos de pereza o de mal comportamiento, son los llamados síntomas negativos como por ejemplo, la apatía, la falta de energía, la falta de placer, insociabilidad, etc., los cuales deben ser tratados en la misma medida que los síntomas activos o positivos. 
Todos estos síntomas afectan a todos los ámbitos: social, laboral, familiar. En algunos aspectos el enfermo esquizofrénico tiene menos capacidad de acción que una persona sana. Estas deficiencias las llamamos síntomas negativos.
Se pueden ver estos síntomas antes de que aparezcan las alucinaciones y los delirios, pero en su forma más clara se manifiestan sólo después de la desaparición de los síntomas positivos. Hablaríamos de la fase residual de la enfermedad.
Hay que subrayar que no todas las personas que sufren de esquizofrenia tienen estos impedimentos o síntomas. Alrededor de una tercera parte de los enfermos no lo tienen en absoluto o de manera tan poco acentuada que apenas le molestan en la vida cotidiana.


Síntomas Negativos

Pobreza afectiva:Se manifiesta como un empobrecimiento de la expresión de emociones y sentimientos, disminuye la capacidad emocional; se manifiesta en aspectos del comportamiento como:Expresión facial inmutable: la cara parece helada, de madera, mecánica., Movimientos espontáneos disminuidos y escasez de ademanes expresivos: no usa las manos para expresarse, permanece inmóvil y sentado..., Escaso contacto visual: puede rehuir mirar a los demás, permanece con la mirada extraviada, Incongruencia afectiva: el afecto expresado es inapropiado. Sonríe cuando se habla de temas serios. Risa tonta, Ausencia de inflexiones vocales: el habla tiene una calidad monótona y las palabras importantes no están enfatizadas por medio de cambios de tono de voz o volumen.
Alogia: Se refiere al empobrecimiento del pensamiento y de la cognición. Se manifiesta a través de: Pobreza del lenguaje: restricción de la cantidad del lenguaje espontáneo, las respuestas son breves y raramente hay información adicional, Pobreza del contenido del lenguaje: aunque las respuestas son largas, el contenido es pobre. El lenguaje es vago repetitivo y estereotipado, bloqueo: interrupción del lenguaje antes de que un pensamiento o idea haya sido completado. Después de un periodo de silencio que puede durar unos segundos no puede recordar lo que estaba diciendo o lo que quería decir, Latencia de respuesta incrementada: el paciente tarda más tiempo de lo normal en responder a la pregunta.
Abulia –Apatía: La abulia se manifiesta como una falta de energía, de impulso. La apatía es la falta de interés. A diferencia de la falta de energía de la depresión, en la esquizofrenia es relativamente crónica y normalmente no está acompañado de una afectividad triste. se manifiesta en: Problemas con el aseo y la higiene, Falta de persistencia en el trabajo, escuela o cualquier otra tarea, Sentimiento de cansancio, lentitud, Propensión al agotamiento físico y mental.
Anhedonia – insociabilidad: La Anhedonia es la dificultad para experimentar interés o placer por las cosas que antes le gustaba hacer o por las actividades normalmente consideradas placenteras: tiene pocos o ningún hobbies, tienden a mostrar un decremento de la actividad e interés sexual en función de lo que tendría ser normal según la edad y estado del mismo, puede mostrar incapacidad para crear relaciones próximas e intimas apropiadas para su edad, sexo y estado familiar, Relaciones con amigos y semejantes restringidas. Hacen poco o ningún esfuerzo para desarrollar dichas relaciones.
Problemas cognitivos de la atención: Problemas en la concentración y en la atención, Sólo es capaz de concentrarse esporádicamente, Se distrae en medio de una actividad o conversación: se manifiesta en situaciones sociales; se le va la mirada, no sigue el argumento de una conversación, le interesa poco el tema; Acaba bruscamente una discusión o tarea aparente.


Tipos de esquizofrenia: hemos señalado el carácter individual del cuadro de la enfermedad, por esto la subordinación a uno de los diversos tipos de la patología significa a menudo una simplificación. Además con frecuencia se presentan cuadros mixtos, que pueden ser difíciles de clasificar. También se observa muchas veces que el cuadro de la enfermedad varía a lo largo del tiempo.
  • Esquizofrenia paranoide: se caracteriza por el predominio de ideas delirantes y alucinaciones, sobre todo auditivas. Los delirios y las alucinaciones a veces constituyen una unidad. Es la más frecuente, suele iniciarse entre los 20 y 30 años y es la que mejor evoluciona a pesar de la aparatosidad del cuadro.
  • Esquizofrenia catatónica: predomina el trastorno del movimiento o movimientos motores. Los expertos hablan de "estupor catatónico". A pesar de tener la conciencia despierta, el enfermo no reacciona a los intentos de entrar en contacto con él. Su rostro permanece inmóvil e inexpresivo, no se percibe ningún movimiento interior e incluso fuertes estímulos de dolor pueden no provocar reacción alguna. En los casos más graves pueden llegar a no hablar, ni comer, ni beber durante periodos lo suficientemente largos como para que peligre su vida. Sin embargo en el interior del enfermo puede haber verdaderas tormentas de sentimientos, que a menudo solo se manifiestan en una aceleración del pulso. También se dan repetición constantes del mismo movimiento (automatismos) y muecas. Los cuadros de extrema gravedad, en los que el enfermo por ejemplo se mantiene sobre una pierna durante unas semanas, solo se observa muy raras veces gracias a las posibilidades actuales del tratamiento. Sólo ocurren cuando nadie se ocupa del enfermo o cuando el tratamiento no es eficaz. El pronóstico para este tipo de esquizofrenia suele ser malo.
  • Esquizofrenia desorganizada o hebefrenica: predomina un afecto absurdo, no apropiado(se suelen reír cuando se les da una mala noticia, las conductas suelen ser infantiles, el estado de humor es absurdo, existe desinhibición en los sentimientos. Suelen tener comportamientos extraños, como reír sin motivo aparente y realizar muecas. A menudo muestran falta de interés y de participación. Hay casos en los que se manifiestan alucinaciones y delirios, aunque esto no es una condición ecuánime en este tipo de esquizofrenia la mayoría de los casos los brotes no son claramente delimitables. Suele comenzar en edades tempranas como es la pubertad, por eso reciben el nombre de esquizofrenias juveniles e incluso hay casos en los que la enfermedad viene de la infancia(psicosis infantil). Los desarrollos hebéfrenicos lentos y desapercibidos por presentar pocos síntomas se califican como esquizofrenia simple. Por la ausencia de síntomas es difícil de reconocerla, (los indicios suelen ser el descuido personal, conductas solitarias...). El pronóstico suele ser desfavorable en comparación con las otras esquizofrenias, debido a la personalidad inmadura del enfermo.
  • Esquizofrenia indiferenciada: es un tipo de esquizofrenia en la cual no predomina un síntoma concreto para el diagnóstico, es como la mezcla de los otras anteriores.
  • Esquizofrenia residual: en estos casos debe haber habido, por lo menos, un episodio de esquizofrenia anteriormente, pero en el momento actual no hay síntomas psicóticos importantes. Es la fase en la que los síntomas negativos son más evidentes. No se manifiesta en todos los enfermos.
Curso de la enfermedad: Cuando los síntomas de una esquizofrenia se presentan por primera vez en la vida de una persona y desaparecen por completo después de poco tiempo, se habla e un episodio esquizofrénico o psicótico, en general después de estos episodios no quedan síntomas negativos.
Se puede hablar de una esquizofrenia cuando ya en la primera ocasión que se presenta las manifestaciones de la enfermedad se mantienen durante un tiempo más o menos largo, cuando los síntomas vuelven a aparecer al cabo de algún tiempo y cuando la enfermedad desemboca en sintomatología negativa. se pueden distinguir tres fases:
1ª fase prodrómica: es la fase en la vida de la persona que se produce antes del desencadenamiento de la enfermedad. Se puede constatar que en algunas personas que sufren la enfermedad ya habían sido diferentes en la niñez y en la juventud, solitarios, callados, rendimiento bajo. Pero no necesariamente tiene que ser así, hay casos en los que no se detecte ninguna anomalía en la persona que sufre de esquizofrenia. Se denomina fase prodrómica a la fase que se produce antes de una crisis, por lo tanto hay una serie de síntomas que nos pueden ayudar en algunos casos ha detectarlas: tensión y nerviosismo, pérdida del apetito o desorganización en las comidas, dificultad para concentrarse, dificultad en dormir, disfruta menos de las cosas, no recuerda con precisión, depresión y tristeza, preocupado con una o dos cosas, ve menos a sus amistades, piensa que se ríen o hablan mal de él, pérdida de interés en las cosas, se siente mal sin motivo claro, se siente muy agitado o emocionado, se siente inútil, otros cambios...
2º fase activa: es la fase donde se desencadena la enfermedad, son los llamados brotes o crisis, los síntomas que se producen son los positivos, alucinaciones, delirios, trastornos del pensamiento... es en la fase en la cual la familia se alarma y suele pedir ayuda médica. Estas crisis pueden brotar repentinamente y desarrollar el cuadro completo en unos días. En otros casos el comienzo de la enfermedad puede producirse muy lentamente y de forma desapercibida. La duración de los brotes varía según la persona y puede extenderse desde unas semanas hasta un año. Un mismo enfermo suele tener brotes de duraciones parecidas. Lo mismo ocurre con los intervalos entre brotes, según las características de las persona puede oscilar entre meses y varios años y son generalmente de la misma duración en una misma persona.
3ª fase residual: no la sufren todos los enfermos, en esta fase los síntomas negativos llegan a su culmen y el deterioro personal, social y laboral es grave.
Teoría de los tres tercios: 1/3 se recupera, 1/3 sigue teniendo ciertas limitaciones después de un brote. , 1/3 curso grave de la enfermedad y no pueden vivir de forma autónoma.
Causas de la esquizofrenia: Es lógico que se haya investigado intensamente sobre una enfermedad tan grave y llamativa como la esquizofrenia. Las investigaciones han obtenido resultados parciales importantes, que se sitúan en campos muy diversos. Por eso podemos decir con bastante seguridad que no existe una causa para que algunas personas sufran esta enfermedad, sino que hay atribuir la responsabilidad a todo un conjunto de causas.
estas causas se definen en diversos modelos conceptuales:

1: Modelo vulnerabilidad-estrés

Se supone que existe una especial vulnerabilidad psíquica para que pueda producirse una esquizofrenia. La primera responsabilidad se debe a determinadas condiciones hereditarias. Se sabe que en algunas familias las esquizofrenias son frecuentes, mientras que en otras no. Debido a esta predisposición una persona puede ser vulnerable a sufrir la enfermedad pero esto no es una condición ecuánime para desarrollarla. Como desencadenante de la enfermedad debe sumarse una carga emocional especial (estrés). Los síntomas patológicos de la esquizofrenia deben entenderse como un intento de escapar de alguna manera a esta carga excesiva. 
¿Cuáles son esta cargas? Pueden ser acontecimientos de la vida estresantes, normalmente imprevisibles, como la muerte de una persona próxima, el servicio militar, la pérdida de un puesto de trabajo... también un acontecimiento feliz, como el nacimiento de un niño, una boda, es decir situaciones que supongan un cambio en la vida. Sobre todo una carga emocional permanente puede significar una exigencia excesiva para una persona vulnerable: actitud excesivamente preocupada de la familia o pareja cohibe a la persona y disminuye su autonomía, hay casos en que la persona que sufre de esquizofrenia es por sí, más retraída, debido a ello provocan que los demás quieran ayudarle. Otra actitud sería cuando los miembros de la familia tienen una actitud de rechazo encubierto, es decir no se habla del problema pero se manifiesta en las expresiones y actitudes, el afectado se critica y desvaloriza. Las cargas emocionales excesivas desencadena los primeros brotes, pero también los brotes posteriores son provocados por situaciones de estrés aunque sean de carga leve.
Hay que mencionar la existencia de otros modelos médicos como por ejemplo: el modelo genético, neuroquímica, alteraciones cerebrales, alteraciones funcionales, electrofisilógicas y neuropsicológicas, complicaciones en el parto , infecciones por virus.
Por el momento, ninguna de estas causas posibles se ha demostrado como definitiva y las investigaciones prosiguen para confirmarlas.
Tratamiento: El tratamiento de la esquizofrenia se basa fundamentalmente en fármacos llamados antipsicóticos, los cuales controlan los síntomas activos, pero es necesario y a la vez complementario que el enfermo reciba un tratamiento psicosocial (psicológico, ocupacional y social), es fundamental que la persona deje de alucinar, de delirar, pero también lo es que recupere sus hábitos de vida, que este durante todo el día ocupado, que tenga su grupo de amigos, es decir, la integración en la sociedad, la normalización.
Medicación antipsicótica: El tratamiento farmacológico de la esquizofrenia se efectúa mediante unos fármacos llamados al principio neurolepticos ( nl) por sus efectos catalépticos y más modernamente hay un cierto consenso en llamarlos antipsicóticos (ap).
Desde la introducción del antipsicótico clorpromazina en 1954, las medicaciones psicótropicas se han convertido en el pilar del tratamiento para la esquizofrenia y otras enfermedades psiquiátricas. Numerosos estudios han documentado la eficacia de los antipsicóticos en el tratamiento de la esquizofrenia y del litio y los antidepresivos en el tratamiento de los trastornos afectivos. Los antipsicóticos o neurolépticos han mostrado su eficacia tanto en el tratamiento agudo de los síntomas psicóticos como a nivel de recaídas.
Los antipsicóticos reciben también el nombre de neurolépticos. Fueron descubiertos a comienzo de los años 50. son especialmente útiles para los síntomas característicos de la esquizofrenia. Provienen de cinco familias químicas pero todos ofrecen los mismos efectos terapéuticos. No hay diferencia en la eficacia entre un tipo de antipsicótico frente a otro. Sólo gracias a los tratamientos farmacológicos se han abierto las posibilidades de la rehabilitación y de una vuelta rápida al entorno social.
La esquizofrenia va acompañada de una alteración del metabolismo cerebral, se trata de un funcionamiento excesivo de la dopamina. Los antipsicóticos bloquean el efecto excesivo de la dopamina y restablecen el equilibrio en el metabolismo cerebral. Sin embargo los neurolépticos también modifican otros ámbitos metabólicos cerebrales, de ello resultan, además de los efectos deseados, desafortunadamente también efectos laterales o secundarios indeseables.
El efecto de los ap se describe como tranquilizador para casos de inquietud motora, conductas agresivas y tensiones interiores. Las alucinaciones, delirios y trastornos esquizofrénicos de la percepción prácticamente desaparecen con los fármacos. Cuando los brotes de la enfermedad se repiten, el tratamiento permanente con neurolépticos ofrece una protección importante y relativamente segura contra las recaídas a crisis agudas.
Se distingue dos grandes grupos de ap: los llamados clásicos o típicos que se caracterizan por bloquear los receptores dopaminérgicos d2, son muy eficaces en los síntomas positivos, pero provocan bastantes efectos secundarios y los atípicos que actúan sobre receptores serotoninérgicos, produciendo menos efectos secundarios y siendo más eficaces en los síntomas negativos.
Una innovación importante son los neurolépticos de depósito o inyectables, que se inyectan en el glúteo y actúan a lo largo de muchos días. Su ventaja se halla en el hecho de garantizar la liberación de la sustancia, posibilidad de reducir la dosis a administrar, nivel de fármaco en plasma predecible y constante y se puede tratar a los pacientes que presentan dificultades de absorción con la medicación oral.
Del mismo modo que los afectados pueden reaccionar en cada caso de manera muy diferente a situaciones de la vida, también varían mucho las reacciones a los neurolépticos. Los enfermos responden de maneras muy diversas al tratamiento y en ocasiones se pueden producir efectos secundarios más leves o más fuertes.
Distinguimos entre los efectos secundarios que aparecen en la primera fase del tratamiento con neurolépticos y los efectos secundarios de éstos en casos de medicación de larga duración. La mayoría de los efectos secundarios aparecen en las primeras semanas del tratamiento. Hay que mencionar especialmente el cansancio, la sequedad de boca, los mareos y el aturdimiento, los trastornos circulatorios y de la vista, estreñimiento y dificultades para orinar.
Algunos otros efectos secundarios pueden mantenerse por un tiempo más largo o incluso comenzar más tarde. Todos los efectos secundarios están descritos en los papeles de instrucción incluidos en las cajetillas de los medicamentos. A menudo, estas descripciones causan una profunda inseguridad a los afectados y sus familiares, por lo que es muy importante darles informaciones precisas. 
Otros efectos secundarios que pueden aparecer son: espasmos musculares, síndrome de parkinson producido por la medicación, Acatisia, discinesias tardías, los neurolépticos aumentan la sensibilidad a la luz solar, Aumento de peso, Limitaciones en el ámbito sexual: a ellas pertenece la pérdida de excitabilidad normal. Pero algunos medicamentos también pueden provocar lo contrario, es decir una excitación constante. Para las mujeres es especialmente tener en cuenta que la toma de neurolépticos lleva a irregularidades en la menstruación o incluso a amenorreas.
Hay que mencionar que existen contrarestantes para radicar los efectos secundarios, además la terapia farmacológica, para el tratamiento de la esquizofrenia no se basa únicamente en antipsicóticos, estos suelen ir acompañados de antidepresivos, ansioliticos, estabilizadores del humor.
Rehabilitación Psicosocial: El tratamiento psicofarmacológico es esencial en el tratamiento de la esquizofrenia y demás psicosis, pero es necesario un buen soporte terapéutico para la buena evolución de la enfermedad, este soporte es la rehabilitación psicosocial. Por poner un ejemplo, comento que de nada sirve que el paciente tome su tratamiento si su única actividad es estar todo el día en la cama, o que tenga prescrita una medicación y por falta de conciencia de enfermedad y de control no se la tome, estos son algunos ejemplos de los muchos que vemos lo que trabajamos en rehabilitación de estos enfermos que tienen un diagnostico y no saben que les pasa y por que su vida no puede ser igual que antes.
Padecer un trastorno psicótico no puede ser el obstáculo que impida el desarrollo de roles sociales valiosos, como el trabajo o al menos una ocupación, vivienda, relaciones interpesonales y afectivas, consideración social y utilización de recursos comunitarios. La rehabilitación se entiende hoy como la proporción de la ayuda que requiere la persona para el desempeño psicosocial.
Los centros de rehabilitación psicosocial se enmarcan dentro del modelo comunitario, se trabaja con el enfermo en su contexto familiar y no en una institución.
Se va a tratar de disminuir o eliminar el déficit o deterioro en las distintas áreas que impiden una integración normal del paciente en su medio, entrenando las habilidades que le permitan una mayor autonomía e integración social, mejorando la calidad de vida del enfermo y de su entorno social y familiar.
Para cada paciente se realiza un plan individualizado de rehabilitación diferente dependiendo de su enfermedad, estado, deterioro, conductas problemas y situación social y laboral.
se trabajan las siguientes áreas:
Psicoeducación del paciente y de la familia: Proveer de una información actualizada y comprensible acerca de la enfermedad mental, enseñando a discriminar los síntomas, prodrómos, importancia de la medicación antipsicótica, tomar conciencia de enfermedad, aceptándola y aprendiendo a vivir con ella.
Habilidades sociales: trabajar mediante actividades en grupo técnicas gratificantes y educativas del trato social. su escalonamiento progresivo va desde la configuración de pequeños grupos para jugar o realizar tareas cooperativas hasta el entrenamiento en habilidades sociales específicas, como pedir favores, aceptar criticas, habilidades conversacionales...
Educación para la salud: fomentar la salud como un bien que se puede obtener activamente. se trabaja mediante módulos, los cuales son: Sexualidad, alimentación, sueño, prevención de la ansiedad, autoestima y autoimagen, capacidades cognitivas.
Orientación y tutoríaorientar y aconsejar acerca de cualquier duda problema que presente el usuario y no pueda ser tratado desde los programas elaborados en el ámbito grupal, evaluar la consecución de los objetivos previamente marcados para usuario.
Actividades de la vida diariala intervención se refiere a provocar la adquisición y mantenimiento de una amplia gama de habilidades necesarias para la vida cotidiana, esto se realiza mediante programas como cuidado personal, actividades domésticas y orientación cultural
Desenvolvimiento personaldesenvolvimiento del paciente en su ambiente comunitario: realizar tramites de la vida diaria, favorecer su orientación a la realidad social, cultural, deportiva, política, enseñar recursos para buscar empleo.
Actividades deportivasestimular físicamente al usuario mediante técnicas deportivas al mismo tiempo que se trabajan técnicas de coordinación, trabajo en grupo, aseo e higiene.
Otras áreas: prestaciones socioeconómicas y sanitarias, formación laboral, alternativas residenciales, uso del tiempo libre, educación de la persona afectada, Ocupación y apoyos.
Como he comentado al principio, todos los puntos aquí expuestos necesitarian más palabras y tiempo para desarrollarlos al completo, pero creo que con lo aquí dicho podemos hacernos un esquema general de esta enfermedad que por desgracia y a pesar de todos los avances científicos realizados, marca y cambia la vida de muchas personas que la sufren, porque la padecen o bien porque su hijo, su mujer, su padre o madre empezaron un día a escuchar voces.












Contra el alzhéimer: cuidemos al cuidador

Contra el alzhéimer: cuidemos al cuidador
El 80% de los enfermos de esta demencia está en su casa ante la escasez de recursos públicos - Su atención recae en familiares y personal no profesional sin preparación suficiente.
Publicada por elpais.com el día 2010-09-22  
La epidemia del siglo XXI. Así se refieren algunos al alzhéimer, una enfermedad degenerativa que padecen más de 600.000 personas en España, aunque se estima que realmente la sufren unas 800.000. Con el envejecimiento de la población, la cifra se dispara. En 2025, habrá el doble de casos, 1.600.000 afectados, calcula la Confederación Española de Familiares de Enfermos de Alzhéimer y otras Demencias (Ceafa). "Se trata de un problema socio-sanitario de primer orden", advierte José Luis Molinuevo, coordinador de la Unidad de Alzhéimer del Hospital Clínico de Barcelona. En uno de los países del planeta donde se muere más tarde, ¿estamos preparados? Parece que no.
Pendientes del desarrollo legislativo y de la aplicación de la Ley de Dependencia, con residencias públicas escasas y las privadas demasiado caras, el 80% de los enfermos permanece en sus casas, según la Asociación Nacional del Alzhéimer, AfalContigo. En el hogar, su cuidado recae mayoritariamente en familiares o cuidadores no profesionales, que no están preparados para atenderles, a los que falta información y, sobre todo, formación.
"Cuando nos comunicaron que mi madre tenía alzhéimer, en la Seguridad Social no nos orientaron en nada; te ves muy perdido", dice Teresa Martín, de 44 años, cuidadora única durante 11 años de su madre, que murió en abril pasado a los 86 años. Lo mismo le ocurrió a Manuel Díaz, de 82 años, cuatro atendiendo a su mujer, fallecida en mayo cuando estaba a punto de cumplir la misma edad que él. "Mis hijos me dieron algo de información que sacaron de Internet, leí algún libro. Entonces, desconocía por completo la enfermedad", cuenta.
El alzhéimer ataca las neuronas y va deteriorando progresivamente las capacidades mentales y físicas del enfermo, conduciéndole a una dependencia total. No se conocen sus causas, por lo que no hay prevención ni cura, y el tiempo medio de supervivencia del enfermo es de 15 años. "Necesitas orientación, formación, apoyo para manejar una enfermedad que tiene un coste psicológico, físico y económico brutal para el cuidador", reclama Martín. Las demencias tienen esa particularidad, son enfermedades dobles: afectan al enfermo y a quien le cuida.
A finales de los años ochenta, los familiares de los enfermos comenzaron a organizarse para dar a las familias la atención que la Administración no les prestaba. Hoy persiste esa carencia, y las asociaciones siguen tratando de llenarla casi en solitario; si bien es cierto que, ante el avance de la enfermedad y las preocupantes perspectivas de futuro, cada vez hay una mayor implicación de instituciones y entidades privadas.
Emilio Marmanéu, presidente de la Confederación Española de Familiares de Enfermos de Alzhéimer y otras Demencias, que aglutina a 300 asociaciones, da un dato: "De los 800.000 enfermos que hay, Ceafa asiste a más de 200.000 familias. No quiero ni pensar qué ocurre con buena parte del resto. Una masa ingente de gente a la que no controla nadie", denuncia.
A Marmanéu se le "parte el alma" ante un tipo de noticia que suele darse en verano: la que lleva por titular, "y bajo el epígrafe de violencia de género", que una anciana "con una grave dolencia neurológica" muere a manos de su marido que luego se suicida. "Es verano, hace calor, hasta este hombre no han llegado las asociaciones, ni el Sistema Nacional de Salud, y, en un momento de desesperación -que no justifico en absoluto-, coge por la calle de en medio y mata a su mujer. No es un maltratador".
Para salvar esa brecha, las asociaciones consideran que el sistema sanitario debe ser el que, una vez hecho el diagnóstico, guíe a los afectados, les indique cuáles son los pasos a seguir y, ante todo, les prescriba formación, "ya sea a cargo de las asociaciones o de su personal", opina Marmanéu. "No es lo mismo que te digan que esto es una demencia y que hay que ejercitar la mente, que vayas a tu neurólogo o geriatra y te explique qué hacer a partir de ese momento", asevera Lucía Rodríguez, presidenta de la Federación Madrileña de Alzhéimer y organizadora de los cursos que la asociación ofrece a los cuidadores desde hace 10 años.
"El problema es que el Sistema Nacional de Salud no tiene recursos para protocolizar la atención", manifiesta el coordinador de la Unidad de Alzhéimer del Hospital Clínico de Barcelona. "Hay una carencia enorme en unidades de diagnóstico y soporte atencional, lo que obliga a las asociaciones a compensar ese déficit".
"En la Federación Madrileña de Alzhéimer tenemos la suerte de contar con la inestimable ayuda del Hospital de Parla, cuyos profesionales nos envían a los familiares", afirma Rodríguez, quien lamenta que, hoy por hoy, eso solo sea fruto de la buena voluntad. También lo hacen otros muchos médicos -los del Clínico de Barcelona, o los de Salamanca-. Estos últimos derivan los casos al Centro de Referencia Estatal de Alzhéimer de Salamanca, dependiente del Imserso. Así lo atestigua su directora gerente, María Isabel González, quien considera que la actitud respecto a la enfermedad ha mejorado mucho. El complejo, con dos años de vida, funciona como centro de investigación y formación, además de como centro de día y residencia. Se une a otros también de reciente creación, como el Centro Alzhéimer de la Fundación Reina Sofía (gestionado por la Comunidad de Madrid) o la Fundación Pasqual Maragall (una entidad privada), ejemplos de la creciente implicación en el abordaje de este problema socio-sanitario.
María Isabel González pone el acento en la necesidad de una labor conjunta de asociaciones, Gobierno central y comunidades para avanzar en la atención al cuidador no profesional. "Si trabajamos juntos por formar a familias que a su vez formarán a otras, por crear asociaciones que, a su vez, crearán otras, por desarrollar posgrados sobre el alzhéimer para profesionales, mejoraremos el conocimiento de la enfermedad y la atención, y todo ello tendrá un efecto multiplicador", sostiene.
A este efecto multiplicador tienen que contribuir también las propias familias, que han de dejarse ayudar. "Se dice que España ha salido del armario en muchas cosas, pero sigue quedando mucha familia dentro de él, familias a las que el alzhéimer produce vergüenza y para las que es un tema tabú, y que, por ello, no acuden a nosotros", comenta Marmanéu. "Si escondes el problema, desproteges al enfermo. Hay que informar al entorno. Yo lo hice así para que la gente entendiera por qué mi madre se colaba en el mercado o se dirigía al tendero de forma agresiva", manifiesta Teresa Díaz, que cuidó a su madre durante 11 años.
Para Lucía Rodríguez, de la Federación Madrileña de Alzhéimer, hay que "desterrar esas expresiones del tipo 'calla, mamá, no digas eso". "La visibilidad de la enfermedad permite la sensibilización y concienciación social", apunta María Jesús Morala, de AfalContigo. Ejemplo de ello son el ex presidente de la Generalitat de Cataluña Pasqual Maragall y Jordi Solé Tura, uno de los padres de la Constitución. En sendos documentales (Bicicleta, cuchara, manzana y Bucarest. La memoria perdida) han mostrado a la sociedad la trastienda de la enfermedad.
Lo que es indudable es que, a mejor formación del familiar, mejor calidad de vida del enfermo. Rodríguez lo tiene comprobado. "Tras los cursos en la federación madrileña, hacemos un seguimiento de los enfermos y vemos cómo mejora su estado en función de la preparación del cuidador".
Internet abre una nueva vía en la formación de los familiares al permitir que puedan prepararse desde casa sin necesidad de desplazarse y dejar solo al enfermo. Karín Conde es la responsable técnica de AfalContigo, que, junto a la Fundación Mutua Madrileña, ha creado la primera página web en España para cuidadores no profesionales y que incluye un curso online. "Es un programa de formación muy pegado a las necesidades diarias del enfermo, permite al cuidador contactar con los tutores de Afal para resolver sus dudas y que se comunique, a través de un foro, con gente en su misma situación, lo que le supone una gran descarga emocional", explica.
Ya sean los cursos por Internet o presenciales, Rodríguez destaca que "no se debe estandarizar la atención, pues hay que adaptarla a las necesidades de cada enfermo y abordarla de forma integral y continuada". Al respecto, la directora gerente del CRE Alzhéimer de Salamanca considera que hay que fijar el foco en la formación no solo de familiares y cuidadores no profesionales, sino también del personal de residencias y centros de día, "preparados para atender a personas mayores, pero no con alzhéimer".
Estos enfermos necesitan mucho mimo en su cuidado porque pierden sus capacidades cognitivas y funcionales, pero mantienen la memoria afectiva. "A veces su único vínculo con el mundo es a través del amor", señala Molinuevo. Agradecen el afecto, el contacto físico, la ternura. Disfrutan con una caricia, un beso. "Mi mujer llegó a perder totalmente la memoria, pero siempre que iba a verla, ya en la residencia, me regalaba una sonrisa", recuerda Manuel Díaz. "Era como si, al verme, se encendiera una luz en su interior, como si la neurona pasara muy deprisa, y me reconociera", relata. "El enfermo no sabe quién eres pero sabe que te quiere", sentencia Molinuevo.
Mucho cariño al enfermo es la receta de Elena, una enfermera peruana de 54 años que lleva 23 en España, 20 cuidando a enfermos de alzhéimer. Y ser más fuerte que la enfermedad, "no dejar que te domine". Para ello, recomienda a los familiares que se informen y formen.
"Los hijos, los maridos, las esposas, tienen que saber lo que es esta enfermedad, entenderla, asumirla, porque, si no lo hacen, enfermamos todos", asegura. Pero también dice que en ese duelo en vida que es el alzhéimer para los familiares, estos "no deben sentirse solos".

La enfermedad de Alzheimer


En 2010, la realizadora valenciana Ana Lorenz Fonfría dirigió el cortometraje “Algo Queda”, un retrato de la realidad que afrontan día a día los familiares cuidadores y personas con Alzheimer.
El cortometraje ha recibido las distinciones a Mejor Cortometraje II SNCFILM, Madrid (2010) y Mejor Guión X Premios Rovira-Beleta (2010). Los cuidadores, personas de carne y hueso, de la noche a la mañana deben formarse al más alto nivel de asistencia social, psicológica y asistencial, con la carga emocional añadida de que el enfermo sea su padre, su madre o algún familiar cercano al que quieren. “Esta enfermedad es un reto al amor: duele proporcionalmente al amor que sientes hacia esa persona”.


Algo Queda: Alzheimer y cuidadores (Ana Lorenz) por raulespert







La enfermedad de Alzheimer
La enfermedad de Alzheimer es un trastorno neurodegenerativo de etiología desconocida e inicio insidioso descrito inicialmente por Alois Alzheimer en 1907. Concretamente, Alzheimer estudia el caso de una paciente de 51 años que presenta trastornos de la memoria y celotipia y que desarrolla, además, síntomas afásicos, perseveración, dificultades de la escritura, alucinaciones auditivas, ideación paranoide y desadaptación social de 5 años de evolución (Ramos y Jiménez, 1999). El estudio neuropatológico postmortem reveló en su cerebro la existencia de placas seniles, que Alzheimer describió como acumulación de una sustancia extraña en las capas superiores de la corteza cerebral, en forma de focos miliares difusos, y lesiones de degeneración neurofibrilar. Cuatro años más tarde, en 1919, Kraeplin comenzó a referirse a esta forma de demencia como enfermedad de Alzheimer.
La enfermedad de Alzheimer es la causa más común de demencia en la vejez, con una incidencia que oscila entre el 2,5 y el 5 % de la población general. En cuanto a la población anciana, se ha estimado que la incidencia de la enfermedad de Alzheimer es del 4,7% a los 70, del 18,2% para una edad de 80 años y del 49,5% a los 90 años. Esta enfermedad representa entre el 45 y el 70% de todas las demencias, aunque algunos autores estiman que esta enfermedad puede llegar hasta el 80%.
Debido a la ausencia de una prueba definitiva para su diagnóstico premortem, es necesario el uso de criterios clínicos junto con el apoyo de la información proveniente del informante y de la valoración neuropsicológica de los déficits cognitivos presentes en el paciente. En este sentido, los perfiles neuropsicológicos que presentan los pacientes con una presunta demencia son de crucial importancia para identificar precozmente la enfermedad.Los criterios clínicos más utilizados para diagnosticar la enfermedad de Alzheimer son los del National Institute of Neurological and Communicative Disorders and Stroke/Alzheimer´s Disease and Related Disorders Association. Dichos criterios clasifican la demencia en definitiva, probable o posible según el nivel de certeza. El diagnóstico “definitivo” requiere la presencia de las características clínicas de Alzheimer probable y la confirmación neuropatológica.
De acuerdo con la APA (1996), podemos agrupar los síntomas clínicos de la enfermedad de Alzheimer en tres grupos: neurológicos, neuropsicológicos y psiquiátricos, que dependen, en gran medida, de la localización de los cambios neuropatológicos.
El síntoma más temprano de esta enfermedad es un fallo de memoria, cuya intensidad correlaciona con el grado de deterioro de las estructuras del sistema temporal medio. Concretamente, los pacientes con esta enfermedad tienen una gran dificultad para aprender nueva información y son muy frecuentes los olvidos del día a día. A medida que las lesiones neuroanatómicas progresan, se deteriora también la memoria retrógrada. Otro rasgo característico de la enfermedad de Alzheimer, a parte de la amnesia, es el deterioro visuoespacial, que en una minoría de pacientes precede a los problemas de memoria.
Similarmente, cuando las lesiones anatómicas progresan, los pacientes tienen  dificultad para manejar o controlar el espacio, llegando incluso a desorientarse dentro de su propia casa. Estos pacientes tienen dificultad para vestirse y colocar los cubiertos en orden sobre la mesa. A este respecto, recientemente se ha propuesto que la función atencional (atención sostenida, selectiva y dividida) constituye la segunda esfera cognitiva más deteriorada en la enfermedad de Alzheimer después del deterioro amnésico.Asimismo, en el transcurso de la enfermedad aparecen deterioros perceptivos, dando lugar al surgimiento de los trastornos en el reconocimiento visual,  dificultades en el reconocimiento de objetos (agnosia) y de rostros familiares (prosopagnosia) -incluso su propio reflejo- y en las habilidades gestuales y visuoconstructivas.La alteración del lenguaje aparece cuando las áreas que rodean la hendidura perisilviana se ven afectadas. Este trastorno del lenguaje se caracteriza por anomia, pérdida de fluencia, tendencia a la repetición y deterioro progresivo de la comprensión verbal.
La capacidad de repetición se conserva hasta una fase avanzada y con frecuencia se presentan trastornos de repetición como ecolalia -repetición de las últimas palabras del evaluador- y palilalia -repetición progresivamente más rápida de  una sílaba, palabra o frase corta-. Los trastornos de lectura (alexia), escritura (agrafía) y cálculo (acalculia) también se producen y entremezclan con los problemas espaciales. De la misma manera, aparecen trastornos motores tales como apraxia ideacional, ideomotora, constructiva, del vestido, de la marcha, etc. La capacidad de planificación, de juicio y de pensamiento abstracto y otras funciones mediadas por el lóbulo frontal, igualmente se ven afectadas de forma progresiva en la enfermedad.
Además de estos síntomas cognitivos, los pacientes con la enfermedad de Alzheimer pueden presentar una constelación de síntomas denominados “síntomas no cognoscitivos”, que se suelen incrementar a medida que la enfermedad se agrava y pueden incluir: manifestaciones psiquiátricas (depresión, ansiedad, etc.), rasgos psicóticos (ilusiones, alucinaciones, falsos reconocimientos, creencias maníacas, etc.) y trastornos de comportamiento (agresividad, trastornos del sueño, incontinencia urinaria. En general, su prevalencia e intensidad es mayor en las fases inicial y media de la enfermedad, para disminuir o desaparecer en las fases avanzadas.
Por su parte, los síntomas neurológicos aparecen sólo en la última fase de la enfermedad, a medida que las estructuras subcorticales se ven implicadas. Concretamente, las alteraciones neurológicas consisten en trastornos extrapiramidales (rigidez generalizada, acinesia, etc.), alteraciones de la deglución, incontinencia, miocronías y aparición de reflejos primitivos como por ejemplo hociqueo, pensión, succión o palmomentoniano, etc.
En suma, la enfermedad de Alzheimer se caracteriza por un derrumbe psíquico y físico que se inicia con trastornos de la memoria (fase amnésica), seguidos por una alteración progresiva de las otras funciones mentales y de la personalidad  (demencia), para terminar con el deterioro de las funciones físicas y vegetativas, con pérdida de la marcha y del control de esfínteres. Como consecuencia de este deterioro  cognitivo, se produce un declive en el funcionamiento personal y social, tanto en las actividades básicas como en las de la vida diaria, perdiendo por completo su calidad de vida.
TRATAMIENTO
Actualmente no existe un tratamiento curativo de la demencia, sin embargo, como consecuencia de su mejor conocimiento, parece posible mejorar la calidad de vida del paciente con demencia y de su familia a través de diferentes intervenciones tanto farmacológicas como no farmacológicas.
El tratamiento no farmacológico implica: rehabilitación cognitiva mediante programas de psicoestimulación, entrenamiento en capacidades cognitivas específicas, reestructuración ambiental (intervenciones sobre el entorno del paciente), intervención conductual mediante técnicas de modificación de conducta, programas de estimulación física e intervenciones sobre el cuidador. El tratamiento de la depresión puede ser eficaz para eliminar los síntomas depresivos.
El efecto de la información orientativa a estos pacientes tiene mayor o menor éxito dependiendo de la gravedad de la demencia.

Extracto de Trastornos neurodegenerativos en el envejecimiento. Bernardino Fernández Calvo y Francisco Ramos Campos